Hoy…a pesar de haber tantas pastelerías comerciales y otras tantas panaderías Deli de corte extranjero con dulces mil hojas, croisants, Cheese cakes, danesas, prettels y más vainas nos olvidamos de nuestra panadería autóctona. Del pan y las galletas recordémos…Pascual Hermanos es Colombiana, Bimbo de México compró Panificadora Moderna, la del clásico pan Ideal. Pero en cosa de dulces aún nos salvan los chinos de tienda y las panaderías del interior que aún siguen tirando puñete en sus hornos para mantener y conservar la existencia de nuestros postres y bizcochos nacionales. En este artículo te develarémos el origen de los dulces que creémos son originales de la repostería panameña, y aquí les va la lista. No verás el tres leches porque no es natural de Panamá como a veces creémos…
El merengue
En lo personal nunca entendí como se comía, con qué se acompañaba o que gracia tenía morder un desmoronante merengue que se te hace aire en la boca. Pero es uno de esos confites medievales que aún perduran en los pueblos más folklóricos y panaderías más antiguas de la ciudad. Esta vaina no es tan panameña como creémos, porque todo lo que conocemos desde que estabamos culicagaos vino de otra parte, es Europeo. Y es tan simple de hacer que sólo batiendo azúcar y claras de huevo y disponiéndo de un horno se inventan los merengues.
El merengue así como lo conocemos, o sea duro es de origen francés, porque tambien existe blando y es italiano. Se llama así por el nombre derivado de «Meringhe» o sea «merinda» y la merienda se comía siempre cuando hacía hambre entre comidas. Y esa formita que tiene el merengue moderno, así diske pritty hecha con manga de repostería se la inventó un repostero francés de nombre Marie-Antoine Carême a principio de 1,820.
Mantecado
Este sí es mi favorito detrás del vidrio de la panadería y con chicha de naranja. Cuando uno muerde esto es como sentir pedazos de deshielo ártico desmoronarse y cayendo en pedazos dentro de la boca. Son de origen Andaluz, o sea español y su sabrosura y nombre es porque esta hecho con manteca de puerco. Basta, no más descripciones pecaminosas. La existencia del mantecado se dió porque en Andalucía había demasiado de estas dos cosas; cereales y cerdos por doquier, y tanto excedente no hizo más que hacer que los panaderos hicieran alquimia con ellos y ¡Kaboom! Mantecado para las cortes de La Corona. Estos reyes católicos sí que tenían con qué engordar.
La Cocada
Es de origen español…mmm…yo diría de origen antillano porque ellos buscando las indias se encontraron con el verdadero coco playero y de ahí salieron estos inventos hechos de coco y leche. La cocada es un dulce totalmente costero presente en toda la américa conquistada. Se los debemos a los criollos españoles y brasileños. Estos influenciaron nuestra repostería latina debido al boom del azúcar de los tiempos coloniales experimentando mucho con la naturaleza comestible americana. A diferencia de la cocada española , la panameña es una total delicia, lleva trocitos de marañón y es compactada con miel de caña, cosa que ninguna otra cocada posée. Ahora nos quedamos sin saber quien fue el curioso que creó la cocada panameña, porque para eso sí no sirven las abuelas bochinchosas que nos ha dado la historia panameña, para decirnos desde cuando las inventaron así. Yo sólo diré que tenemos tambien la cocaita, que es otra bola hecha de miel pura de caña con coco rayado y de premio lleva un pedacito de coco que sobraba del rayado y que siempre le ponían las abuelas dentro. Sigan comiendo donas de tienda…no saben lo que se pierden, hierro, coco y aceites naturales en una golosina tambien natural.
La mamallena
Panameña no es, es más bien el producto de la necesidad y el ahorro. Se dice que es Mexicana o española. Se hace recolectando el pan que está pronto a endurecerse y se les pone azúcar , leche, y como toque especial, pasitas. Cuentan que la mamallena es una imitación del pudín americano, el cual es un bizcocho hecho de blueberries (arándanos). No me gusta la Mamallena, la culpa es de los chinitos, que venden parches de caucho imitación Mamallena.
La oreja
La original por su forma vino desde Francia y era elaborada de pasta de hojalda y para nada era dulce. Es prima del croissant por su descascarillada apariencia y se dice que llegó primero a México con la invasión francesa que intentó forzar el presidente Porfirio Díaz en 1890 donde quería convertir a los armadillos de los desiertos en Pepes Le pews. Así llegó la oreja, que le decían oreja de elefante, por lo grande y porque eran dulces por la capa de azúcar acaramelada con que las cubrían. A la oreja le quitaron el elefante y quedó en oreja. Lo demás es tendencia, llegó fácil a Panamá como todo.
El Rollo de Canela
Su origen se remonta de forma incierta a Suecia, o sea que la historia ha escarbado tanto hasta que los encontraron por allá, desde ahí los inmigrantes lo introdugeron a América, siendo el acompañante especial para el café. Si me dicen Dona o cupcake yo les digo Rollo de canela. Las pasitas, el glaseado y la canela los hacen irresistibles. Cabe recordar que Delicias S.A. y Tamburelli pionerizaron el rollo de canela fuera de las panaderías. Lamento que muchos rollos de canela sean hoy día pura pinta, se ven ricos por fuera, pero saben a papel sin azúcar y los de los Deli Gourmet te los azucaran excesivamente. Si ves uno fresco y que se desenrolla con facilidad eres afortunado.
El Kequi, Quequi, Queque
El más rico y el que es más probable que sí sea panameño desde el hueso es el Quequi. El Quequi original viene hecho en horno de barro, de ahí su sabor. Los hornos escasean y las abuelas que saben hacerlo tal como es tambien. El Quequi real es perfectamente redondo, de dos centímetros de altura, compacto, y con un olor a coco que «par diablo». Era el amigo de las bocas infantiles del interior, el Quequi, según mi historia no era fácil de hacer. Hoy día hay tantos intentos de Quequi hechos en panaderías y «diske» para el deguste de turistas, que no saben qué se están metiendo a la boca. El Quequi original dependía de quien lo hacía, no a todas las abuelas les quedaba bien. Incluso le agarrabas una rabia a las quequeras que no ponían el alma en el Quequi.
El Quequi verdadero duraba hasta 20 días sin dañarse por eso cuando se hacía el Quequi siempre mandaban cajas de casi 60 Quequis a la ciudad, así los niños comíamos por días y días Quequi sin aburrirnos.
Para terminar este artículo nos dimos cuenta que buscarle el origen a tanto dulces que creémos son de aquí nos llevo a dos conclusiones, nada es autóctono, todo es foráneo y que el azúcar a los humanos nos embrutece y nos hace perder la memoria, porque nadie en el mundo ha dado con el origen y paradero de tantos dulces. Dulces que acá pensabamos que eran panameños.
Lo que sí creémos sin dudas es que esos dulces tienen de panameños sólo sus nombres. Porque como manía histórica tenemos la tendencia a renombrar, rebautizar y cambiarle el nombre a todo para que se adapte a nuestra lengua panameña. El cachete de chola, el galletón, el pan de dulce, el rollo, la corbata, el moño o el cinco dedos son ejemplos de dulces cuyos nombres originales pronunciarlos le causaban calambres a nuestras lenguas, por ser de origenes franceses, italianos, españoles y alemanes principalmente. Voy por mi pan de dulce con bebida roja, menos quedarme sin meterle diente. Se acabó…plop!
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