En nuestro desenvolvimiento en la sociedad hay reglas de comportamiento masculino que se aprenden en los barrios, que a pesar de no ser declaradas son también un tabu de ciudad, donde si no formas parte del ritual puedes llegarte sentir raro, culpable, con vergüenza, cohibido o incómodo, cuando llegan estos Bullies innecesarios a tu vida, como en estos casos…
Pasa que tenemos hambre y queremos disfrutar de comer un guineo (banano) en público, pero no poder hacerlo con naturalidad, porque siempre habrá alguien mirándote y riéndose por dentro de verte mordiendo el banano. Y también pasa cuando ves a un anciano que creció en la época dura de Panamá lamiendo con cariño y ternura un infantil cono de helado….que va los hombres tenemos mucha culpa innecesaria al comer tan saludable fruta y tan rica merienda. ¡Métele diente a ese guineo y lame ese helado con gusto!
Pasa que cuando coges un taxi no todo el tiempo uno está en modo sociable como para ponerse a hablar con el taxero…y te sientas atrás, pero en el aire ya hay una leyenda urbana que te dice que te sientes adelante, porque eso es costumbre de las mujeres y te sientes petipuá…por eso siempre te sentarás delante para mantenerte macho y hablar macherías con el conductor, en algunos casos hablando hasta por obligación social, cosa que a los taxistas hace felices, porque de todo lo que hablan ellos tendrán la razón, aunque le refutes, porque ellos llevan el timón de tu destino. Tenemos derecho a ir detrás y sentirnos cómodos y tranquilos como meros princesos y sin complejos, he dicho.
Si eres calungo y no echas nada de pelo, estas en problemas, eras feliz porque no tenías que afeitare mucho, pero ahora que todo es barba por todos lados te sientes como un eunuco o un mal crecido que no se ha desarrollado bien aún. Todo por no tener una barba decente te sientes excluído. Trauma de los tiempos modernos.
Ver a un hombe tapándose del sol en verano con tremendo paragüón, eso no se ve masculino. Un hombre de verdad se le impone al sol, no usa paragüas, él aguanta. Eso es lo correcto, ante el sol no hay que verse ñañeco o dar la impresión de que eres un man delicadito. Ya es hora de cambiar, dile NO al sudor innecesario, y al bronceado no buscado. ¡Lleva tu parasol con orgullo, así como los gentlemen de Londres!
Si en la calle se te mete una brusca berraca que hace que te llore el ojo, eso se presta para cualquier otra interpretación. La gente va a creer que estas llorando por una guial. Y hombre llorando en la calle es algo rarísimo de ver. Eso sí que es embarazoso, porque aunque te los rasques no te van a creer, tas llorando esta si esta dura, pañuelo nada más. Maldito Sergio Galvez que nos manda a llorar al cementerio.
Si te acuerdas de otra situación que crees sufrimos los hombres por puro machismo o costumbres viejas, de esas que te hacen pasar pena o vergüenza apúntala por aquí, que de seguro la pondremos en el artículo. Amén
falta incluir al hombre musculoso que saca a pasear su perro chiwawa o pequinés con una cadenita, en lugar de tener un perro rotwailer o pitbull