por Existen lugares del pasado que se registraron en fotografías y que hoy día aún perduran. En la pintura también se plasmó a pincel la vida de otros tiempos en cuadros que llegaron a convertirse en famosas obras de arte y hoy gente curiosa se han dado a la cacería de estos lugares volviendo a fotografiarlos y haciendo un contraste entre ese pasado pictórico y los lugares que los representan en el presente dándole combustible a nuestra nostalgia. Entre décadas, siglos y parajes traemos de vuelta del pasado a estos pintores, poniéndonos junto a ellos y sus caballetes a través de estas fotografías.
Café Terrace at night – Vincent Van Gogh
Café Terrace at Night, es un óleo pintado por Vincent van Gogh sobre bastidor en Arles, Francia, en septiembre de 1888. Aunque no está firmada, él la menciona en tres cartas.
Sí visitas el lugar puedes colocarte exactamente donde Vincent empotró su caballete. La pintura está ahora mismo en el museo Kröller-Müller en Otterlo, Países Bajos, Holanda.
Georges Seurat – Tarde de Domingo en la isla de La grand Jatte
A Georges Seurat, pintor francés le tomó dos años pintar este Domingo en la tarde. Retrabajó el original sentándose en el parque para tomar apuntes individuales de cada personaje en el cuadro en diferentes óleos para ir perfeccionando sus formas. Se concentró en los asuntos del color, luz y forma. La pintura mide aproximadamente 7 por 10 pies y se encuentra en el Instituto de arte de Chicago.
Edward Hopper – Nighthawks
La pintura de 1942 de Edwards Hopper Nighthawks se encuentra entre las pinturas más amadas del mundo. Tres personas sentadas en un restaurante nocturno en un área urbana atendidos sólo por un hombre de camisa blanca. ¿Quién habla a quién? ¿De qué hablan? Cómo esas personas coincidieron en ese mismo iluminado café. La pintura nos sugiere muchas preguntas. Es misteriosa amena e indefinidamente cautivadora. La pintura, según Hopper fue hecha bajo un proceso de eliminación de elementos. Es parte de la colección del instituto del arte en Chicago.
Aquí se muestra una foto del edificio en el que posiblemente se basa la pintura. Hopper decía que el edificio estaba en la avenida Greenwich en Nueva York. Esta es a número 70 de esa avenida donde ahora hay una floristería.
Claude Monet – Nenúfares
En 1899 Claude Monet empezó a pintar los nenúfares (water lilies) como una temática repetida. En primer plano y en línea recta está aquel puente japonés como objeto central, y que luego fuese parte de una serie de pinturas a gran escala que le tomaron 20 años de su ocupación pintar de forma continua.
Este escenario, con sus intermitentes luminiscencias como espejos sobre la superficie se hicieron integrales como parte el trabajo de Claude Monet.
Andrew Wyeth – El mundo de Christina
La mujer de la pintura es Christina Olson, vecina de Andrew, y a quien él usaba de modelo ocasional. La locación es en Maine, Pennsylvania donde él vivía entre dos familias a campo abierto, al fondo se ve una granja y la casa de la mujer rodeada de una vasta hectárea de pasto silvestre.
La pintura que fue hecha en 1948 y cuelga del Museo de arte moderno de Nueva York, nació así. Andrew salía a mirar y notó a Christina arrastrándose por el suelo, ella sufría de una condición anómala neurológica que le impedía tener coordinación motora (polio), por lo que no podía mover su extremidades inferiores y no podía caminar.
La foto pertenece al fotógrafo Alex Thompson que en esta toma cuadró la casa de los Olson como un tributo para el artista.
La casa ha sido restaurada para hacer juego con la apariencia de la pintura.
Claude Monet – El risco de Etrerat, atardecer
De hecho Monet pintó varias veces este relieve al que en Normandia llamaban la aguja. Y como nota, los astrónomos de la Universidad estatal de Texas para descubrir exactamente el momento en el tiempo donde Monet pintó la obra de arriba usaron la astronomía Forense y para ello estudiaron las olas y la posición del sol y determinaron que el cuadro fue pintado el 5 de febrero de 1883 a las 4.53 pm.
Esta es otra pintura de su serie dedicadas a este acantilado. Monet se colocó en muchas posiciones a lo largo del relieve de esta formación natural que hoy se conserva intacto en el tiempo, son sólo 131 años…nada más.
El Grito – Edvard Munch
«El Grito» (media variado 1893-1910) es la pintura más reconocida de Edvard Munch y está en Oslo, Noruega y representa a un hombre en un momento de privación, angustia, desencajamiento y ansiedad, mientras detrás dos hombres, quizás sus amigos caminan despreocupados sin notar la situación.
En una página de su diario con fecha de 22.01.1892, Munch describió la inspiración para esta imagen:
Estaba yo dando una caminata con dos amigos – el sol se estaba poniéndo – de repente el cielo se hizo rojo sangre – me detuve, me sentí cansado y débil y me apoyé en el barandal – había sangre y lenguas de fuego sobre el azulado contorno de la ciudad- mis amigos seguian caminando, y me congelé temblando de ansiedad . Y sentí un infinito grito atravezando la naturaleza.»
Para añadir, algunos científicos dicen que este es un fenómeno natural que ocasionalmente torna el cielo de Oslo rojizo y esto fue suficiente para darle a Munch un ataque de pánico.
El lugar de la pintura es un pasaje al costado de la ruta de un camino llamado «Valhallveien» sobre una colina en Oslo. A la colina se le conoce con el nombre de Colina Ekeberg, Ekeberg es un vecindario de Oslo al sur de la ciudad. Aquel paraje era un lugar popular desde donde los ciudadanos acostumbraban mirar la ciudad de Oslo y lugar de parada para los pintores hacer paisajes.
Hasta aquí el post, esperamos se hayan teletransportado en el lugar y tiempo al que pertenecen estas famosas pinturas sintiéndonos junto a ellas, testigos de momentos tan especiales para el mundo del arte.
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