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Hace muchos años atrás aquí en Panamá sólo existían dos marcas avícolas que abastecían de huevos a Panamá, Toledano y Melo…y Fidanque; que peló. Pero antes de esto no había la huevera que hay hoy día en los supermercados y los huevos para diferenciarse entre sí necesitan de un diseño de empaque singular y fácil de reconocer. Para ello se recurre a la destreza de los diseñadores gráficos y el consejo e información que la empresa huevera quiera ver plasmada en sus envases. Con el relajo y medio hoy vamos a reventar en lo más posible esos envases y sus diseños y empezamos el tour huevístico.
Huevos Deldía
Como la cosa es el empaque, el orden de aparición no alterará el producto. Si bien las cajas de la marca Deldía eran simples y del mismo diseño, lo que contaba bien era que los huevos eran «del día» y había que imaginárselos frescos. Lo más sobresaliente es que son grado A, como la leche, que alguien me diga como son los huevos grado B y grado C.
Como la cajeta no llamaba tanto la atención hace poquito levantaron a los diseñadores de la silla para que le cambiaran el diseño, el de la caja de 12 huevos va por un lado y el chiquito de 6 va por otro.
La de 12 parece la portada de un cuaderno Balboa y el de 6 es un caso especial…pero ahí no queda la cosa…
El diseñador gráfico se dijo «Saben qué…voy a botarla». O sea que no se conformó con simplemente copiar el mismo diseño grande en la cajeta chiquita. No, él la quería sacar del estadio y se inspiró en otras vainas brujas, se puso fosforito y mezcló eso con la política y le salió la vaina esa, más híbrida que una fusión de Dragon Ball.
Huevos Melo
Para el que no sabe, Melo fue quien en los 70’s automatizó la industria avícola, y ya los huevos no eran manoseados por trabajadores que se iban a sus casas olorosos a pluma ‘e pollo. Pusimos esa info porque aquí no hay nada que decir del empaque, sólo que es azul crespón, esta serio y no tiene gracia.
Con lo único que no se pusieron serios fue con las letras alegres de los costados, que en lugar de 12 parece que te vienen 72 huevos en la cajeta…
El cartón del empaque de Melo dice que es amigable con el ambiente, al igual que todas las otras hueveras, pero…es que todas las marcas son hechas con el mismo cartón, de paso Toledano es la única que aún encajeta en plástico…Me recuerdo cuando todas eran de plástico. Esas craqueteaderas y sonidos raros que hacían cuando uno las metía en la carretilla.
Huevos Toledano
Estos prefirieron seguir con la tradición bullera del plástico. Mirando el diseño de la calcomanía en la tapa vemos que tiene una promesa ahí que nunca va a ocurrir…el milagro de que te venga un huevo con doble yema.
¿A quien miras con esos ojitos redondos? Al menos son grandes y no tienen hormonas (dice la calcomanía), sino vinieran premiados hasta con triple yema.
Aunque mi cajeta venía con otra clase de milagro, vino con un huevo albino…así semi-fulo.
Huevos Depatio
Cuando creas un producto, es prohibido usar palabras comunes para apodar tus productos, por lo que inscribieron la marca como DEPATIO, pegado, para que no diga (de patio), pura astucia la de esta gente.
Con ese nombre uno se imagina que tus huevos vienen de atrás del patio de una casa, con un montonero de pollos corriendo y cagándose por ahí. Pero no es así, los huevos no están untados de ñinga e’ pollo y tampoco tienen plumitas del culito de las gallinas pegadas en la cáscara debido al parto forzado. No…estos huevos son la misma vaina que los demás. y la caja la diseñaron así simple como la de Melo.
Son 100% NATURALES…no me imagino huevos anti-naturales como los que se rumoreaban que hacían en China y resultó ser un rumor.
Se trataban de un video de la fabricación de unos huevitos de juguete para pelaitos hechos en Indonesia, que daban asquito porque eran como el Slimmy, hasta en Amazon los venden.
Mirando la foto de arriba y la de abajo, al diseñador se le olvido colorear la «O» en forma de huevo, eso lo descubrí yo, y no es gran cosa…
Se les va a olvidar…pero lo que sí recordarán será el empaque alegórico que viene…
Huevos Caribeño
El creativo de la marca se dijo…ser huevo de patio no es la vaina, sino ser huevo del Caribe, de la salsa y del trópico…y así se inventó el huevo caribeño en su presentación tan anaranjada como un restaurante Pío Pío, pero esta no es una caja cualquiera, es una caja llena de sorpresas.
Estos huevos provienen de gallinas felices como dice en el cartón, y cuidao’ que se la pasan todo el día escuchando música salsa y merengue en esas granjas avícolas. Por ahora es la cajeta más creativa de todas, en el logo hasta le cortaron la cresta a un pollo y completaron la «Ñ» y las vocales «O» son como huevitos de gallina y terminan con un slogan a lo Gran Combo…
¡Azúuuucar!
Huevos Granja Teresa
Un diseño muy retro, tan retro que parece de los tiempos de las encomiendas y los mandados; ya que la caja está diseñada como si los huevos te los enviaran por carta a los correos nacionales.
As[i como pa[ la encomienda. Fuera de la simplicidad nos damos cuenta que quien lo diseñó es de allá mismo de «onde uno».
Son grado A y sin hormonas, porque como por el interior dicen que los huevos son los que tienen a los pelaos tirándose pa’l otro lado y por eso se vuelven floripondios, ahí ‘ta el aviso en la cajeta, para que coman todo el huevo que quieran sin quedar cuá-cuá.
Y este gallo aplasta’o es un caso de estudio. Tiene camisilla, y en una de sus patas le pusieron una basta arremangada…o sea que es gallo de trabajo. Véase que hasta con un babero típico le decoraron el cuello. La berraquera fue que le quisieron canchar el sombrero en la cresta a la fuerza. ¡Susalabao! Hasta la mota en el borde le pusieron. Se lucieron con el gallito, aunque ahí no pinta nada, si él no forma parte de la producción de huevos.
Como ven esas son las cajetas de huevos que se venden en los supermercados de la ciudad. Por ahí nos debemos estar perdiendo algunas, pero hasta aquí el relajo con lo que hacen y deshacen los diseñadores de empaques del patio en la versión de huevos de pollos panameños.
Y para cerrar los dejamos con una imagen de un huevo grado A que me encontré en la calle al cual aún no se me ocurre entender qué fue lo que le pasó o como llegó a quedar pega’o de ese tinaco, chao!
