La pollera panameña, es el traje típico más pretencioso de toda América y eso lo sabemos. Por eso es ineludible para toda mujer panameña cuyos dedos de los pieshayan estado en contacto con la tierra rural no poder resistirse a entrar en un traje típico alguna vez en su vida. Aún siendo la pollera el traje más trabajado de toda latinoamérica no se sabe qué manos la hicieron evolucionar para ser lo que vistosamente es hoy. En los decenios de su evolución los cambios y detalles del traje típico de nuestro país fueron añadidos artesanalmente y sin una dirección específica. Por lo tanto seguiremos el rastros de como evolucionó la pollera luego de ser inspirada en los trajes españoles. Empecemos mucho antes, en el siglo XVI
Siglo XVI
Traje casual de campo de una mujer andaluza, los trajes eran modificados de acuerdo al clima, como en la foto. Un traje típico Vasco del siglo XVIII (18) que también heredó la mota y las arandelas.
En Andalucía y Sevilla los trajes de uso diario de las mujeres eran trajes de tres sócalos, o sea faldas superpuestas, lo que en el traje típico se transformó en arandelas. Este tipo de trajes provenía de un diseño medievo con sus faldones de campo como en toda Europa.
Peineta, pañuelo y tocado, tres elementos presentes en nuestra pollera.
La pollera ha sido un traje que se ha transformado en menos de dos siglos surgiendo en el Siglo XVIII (18) desde donde se fue modificando en diferentes manos y generaciones. El asunto del diseño de la pollera en sus motivos y adornos radica en que es una mezcla de canlı bahis muchos trajes regionales de España que nacieron en el pueblo y que enamoraron a la alta alcurnia española, transformandola ellos a su vez en trajes de lujo al participar sus mujeres en las fiestas pueblerinas. De tal manera cuando la pollera panameña se fue modificando lo mismo hizo la clase alta panameña en el tiempo, separando la pollera tradicional de la pollera de lujo, siendo la última la que representa el traje típico de nuestro país.
La peineta, peinetón
A esta pollera pertenecen adornos y atavíos propios de cada inspiración española, reuniendo incluso adiciones de Francia e Italia. La peineta es de origen romano y se hacía de caparazón de tortuga para darle ese brillo boreal del Carey.
La cultura Valenciana añadió al natural Carey de la peineta el color dorado, y el tocado panameño ocurrentemente optó por usar oro real mientras que hoy día otros países usan peinetas de plástico en sus trajes típicos. De valencia también se adoptó la distribución de las tres peinetas y su posición en la cabeza.
El abanico
Fue parte de la clase alta del siglo XVI, desde entonces sólo era usada por las condesas, pero en el siglo XVIII se difuminó su uso al vulgo añadiéndose como aparejo al traje típico panameño también.
Los tembleques
Originalmente era correcto usar flores en la cabeza. Así adornaban las españolas sus trajes autóctonos y nunca cambiaron de idea. La costumbre de las flores se trajo a Panamá, pero el clima no permitía lucir la variedad de flores que se usaban en Europa y las modistas panameñas cambiaron este adorno usando gusanillos de perlas y escamas de Mero, por ser grandes para imitar los pétalos. Con ellos suplantaban las flores, dando paso a variados diseños que se fueron alejando de la forma floral con que se confeccionaban los tocados. Hoy día se ha excluído las escamas de pescado, llegando a crearse tembleques hechos con perlas sintéticas de colores e incluso se han creado de cristales hechos por la casa de joyas Swarovsky.
Los motivos del bordado
El bordado en la pollera es uno de los elementos que creímos era el más autóctono por su apariencia precolombina. Pero sus orígenes pertenecen también a España, exactamente Mallorca, donde las mujeres de faena ejecutaban comúnmente en los motivos que tejían el punto mallorquín y lo usaban para los manteles y la ropa, fueron tan especiales que los añadió Isabel II a sus trajes.
Bordados de Mallorca
Los motivos bordados eran flores, vegetales y frutos entrelazados como las uvas y la vid. De esta forma entró a incorporarse como bordados en nuestras polleras, cambiando a mariposas, flores y aves en el mismo estilo Mallorquí. A los bordados panameños los delata el punto de cruz con que se rellenan los espacios vacíos en los diseños originarios de Mallorca.
Muestras del bordado en las polleras panameñas.
El nombre Pollera
El nombre entró en uso en el siglo XVII el cual se usaba para nombrar únicamente la falda en cualquier región de américa, imaginablemente porque es la que está en contacto constante con las gallinas, lo que nos dice que las polleras eran parte de la indumentaria normal de la mujer de aquellos tiempos. Pero en Panamá se le adoptó al traje en su totalidad. En un diario de Madrid en 1815 se escribió Pollera como vestido por primera vez en conmemoración de la restauración del rey Luis XVI. 6 años antes de nuestra independencia de España.
Una inspiración francesa
Emperatriz francesa, Eugenia de Montijo (1826-1920)
El folclorista e historiador de arte, Eduardo Cano en sus investigaciones le ha dado rastro al estilo más característico de la pollera, denotando que entre los historiadores de la época encuentra que las mujeres panameñas del siglo XIX se inspiraban en Eugenia de Montijo emperatriz francesa, española de origen y de donde especulamos se inspiró para sus atuendos de gala. Como personaje Eugenia llevó una vida política activa en la que hizo enfrentar su matrimonio a dos facciones políticas, Francia y España.
En las palabras de Cano “Según mis investigaciones, la pollera panameña está inspirada y tiene su origen en la moda europea del siglo XIX, con sus grandes escotes, vuelos, la moda del rayo en el peinado, introducido en las cortes europeas por Eugenia de Montijo, emperatriz casada con Napoleón III. Ella fue muy imitada por su elegancia y belleza, y su influencia repercutió hasta en las Américas”.
En conclusión la pollera panameña a pesar de su origen Ibérico es rotundamente diferente a los trajes folclóricos Españoles. Los trajes folclóricos nacieron en el pueblo español, a los que los adornaron manos humildes llegando a captar el interés de la clase aristócrata de sus provincias, revalorizando ellos estas creaciones humildes dándole identidad especial en cada región de España. Para Panamá ocurrió lo mismo, fueron las mujeres de la clase alta quienes dieron los toques finales a la pollera que nos representa. La pollera proyecta mucho de nuestro espíritu social y económico, por ser Panamá región de constante cruce cultural europeo, con la peculiaridad de que a pesar del racismo, las clases tenían un contacto diferente entre el populacho y el criollismo. En comparación con el humilde estilo de las polleras de otros países de la región, la nuestra es más pretenciosa, lujosa y repleta de ostentación en cada esquina y cada detalle, no dejando ningún vacío sin un atavío curioso en expresión.
El oro, indirectamente acuñado en los hombros y pecho de la mujer Panameña reflejan esa historia dorada con la que se forjó el valor del Istmo.
Baile del tamborito, expresión musical que completa el propósito y vistosidad en movimiento de tan gracil diseño que condensa una historia que de mano en mano, telas finas y trabajos de repujado laborioso en oro representan la absoluta riqueza de nuestro país, Panamá.
Hasta aquí el artículo, espero les haya gustado el haber comprendido a fondo el origen de nuestra pollera…les escribiremos más artículos con un poquito más de buena historia, Chao Gente!
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