por Seguimos desclasificando fotos de nuestro pasado viaje a China. Era época de verano, con un calor de 40 grados, 3 más que aquí…tanto que ya los poros se nos negaban a sudar. En esa calurosa estación todo era turismo interno, ya que la gente de China tienen el mejor turismo interno del mundo. Asisten a sus antiguos templos, a sus lugares de diversión o a sus gigantes plazas, de modo que todo China se abarrota de gente en esa estación, sobre todo gente de las regiones productivas que viajan hacia sus ciudades importantes con ganas de visitar lugares interesantes.
Una de las cosas curiosas que comprendimos, sin exagerar, es que entre ellos tienen problemas para reconocerse o identificarse en público. Quizás, porque son demasiadas personas en lugares muy abiertos, o porque sus rasgos son muy parecidos entre sí. A pesar de todo esto, notamos que habían algunos que se ayudaban de la ropa para no extraviarse…y lo hacían de diferentes maneras…algo que mostraremos en estas imágenes, ya que se nos empezó a hacer curioso como se repetía esta practica por todos lados. Por otra parte, nos dimos cuenta que podíamos romper ese mito, porque al estar mucho tiempo cerca de los asiáticos con quienes compartíamos aprendimos fácilmente a diferenciarlos de la multitud.
Para que no se les pierdan los hijos.
Paseo por las riberas del Palacio de Verano (antiguo palacio recreativo de la última dinastía China). El papá y la hija llevan el mismo suéter, la diferencia es que, aunque son tamaños diferentes, el motivo del estampado no es igual. Y si se te pierde la niña hay un problema, la gente de China es muy exacta, si les dices algo lo siguen al pie de la letra. Tanto que si ven la niña y notan que el suéter no es igual, se perdió.
Parque recreativo en la bahía de Xinghai, en Dalian. Los sombreros de verano tipo Candy Candy, por todos lados. En una nación muy tradicional donde se mezcla la ropa antigua con los tejidos modernos. Los papás vistieron a estos dos niños con el mismo colorido suéter de peces, pa’ que no se pierdan ni aunque se los lleven las gaviotas. Al fondo, el puente de Xinghai sobre la bahía, lo que lo hace especial no es su largo, sino que es doble, los que van pasan por arriba y los que vienen pasan por debajo, es biplaza. Inauguró en octubre de 2015, o sea que lo pasamos recién estrenadito sin tener el año. Bueno, hay que hablar de algo, porque sólo hablar de suéteres nos dejaría sin qué escribir.
Calles de Dalian. Mamá e hijo con suéter de muñequitos. La foto está focot, pero lo que vale es la intención. Si se le pierde imagino a la mamá decir:- «Mi hijo, quien tiene un suéter así como yo, encuentrénmelo.» Y tampoco lo encuentran aunque lo vean, porque en el suéter del pelaito no esta la mamá impresa en el frente. Todo es al pie de la letra allá.
Cerca de la estación de trenes de Beijing. Niños gemelos. Sospechamos muy bien el por qué los tienen metidos en carricoches, a pesar de verse muy grandes para eso. Casi ni caben. Aunque tienen puesto suéteres azules del mismo color, los tienen ahí metidos para no tener que estar agarrándolos de la mano para que no se separen. Madres prácticas, inteligentes y manipuladoras.
Madre llevando a su pequeña en el pecho. Nos sorprende como la gente encuentra ropa igualita en tan extremos tamaños. Palacio de verano en Beijing.
Tarde calurosa a las afueras del Palacio Prohibido en Beijing. La ropa de motivos militares es común en China, tanto que incluso ha pasado a ser moda para algunos. Otra vez, esto de los tamaños extremos. Menos perdérseme mi pequeño Chin Zou.
Para que la familia no se pierda.
Esta familia cuidó muy bien su vestimenta. Aunque se acabaron los suéteres de superman, al niño le pusieron uno con un dibujo estampado de un corbatín rojo. Parque acuático de Dalian.
Ah, son cuatro, se nos había perdido uno. ¡Vaya! son efectivos estos suéteres. Aquel que está de frente y lleva lentes con el suéter de Nike® es Tony, que sin saber nosotros por qué, usaba un único y mismo suéter durante una semana entera. Esta fue la única ocasión en que se cambió la ropa. Porque sabía que iban a haber muchas chicas y tenía que estar «chapot» presentable.
La familia azucarada. Las hijas no podían obligar a papá a usar sudadera celeste. Sus suéteres dicen «Keep Calm and Go Skate». Estas no se pierden en el Xinghai Square, un parque con un gigante monumento en forma de rampa para patinetas.
De noche en la Villa Olímpica en Beijing, donde se celebraron los juegos olímpicos de 2008. Vimos una familia vistiendo toda un completo juego de ropa como mandado a hacer a la medida. Ya sospecho que en China existen conjuntos de ropa familiares, esto no puede ser tanta coincidencia. ¿Ropa con el mismo diseño para toda la familia?. Y nosotros acá pareciéndonos tan anti-original ver a algunas madres vistiendo igualito a sus niños sin ser gemelos, así por así.
Para no perder a los padres
Bueno hijo…no sólo es ser de tal palo tal astilla. Me parece que aquí el papá es quien debe cuidar al hijo para que no se le pierda, porque parece que anda como el «egg», mientras que el don anda fresco y clarito.
Para no perderse en el grupo o la excursión.
Cuando un grupo de panameños va de excursión o paseo, lo que nos mantiene unidos es la bulla, el grito y la algarabía; el decir a cada rato, fulano, ¿Dónde ‘ta fulano? Y así nadie se pierde. La gente en China es muy callada, tranquila, y silenciosa. De hecho visitando el Palacio de Verano grupos de estudiantes usaban todos calladitos el mismo suéter.
Lo mismo en la Gran Muralla China, eso parecía una fila de camarones subiendo escaleras contra la marea. Si no eras de ellos y llevabas ropa roja, tenías que tener el cuidado de que te arrastraran dentro del grupo, con buena intención, claro.
Para no perder a la pareja
La ropa unisex, doble sex, same sex…la verdad no se como llamarle a esta inclinación de la moda. Aunque esta parejita nunca se perdería, lo que les faltó fue la «U» en el suéter. Los pantalones estuvieron geniales.
Para que los amigos no se separen.
No supimos asegurar si eran una familia o eran amigos. Pero se notaba que estaban esperando encontrarse con otras personas, ya que no se movían del mismo lugar y miraban con insistencia hacia el tumulto. Playa presidencial de Dalian.
Si no tienes tiempo para parecerte a los gemelos fantásticos con el mismo uniforme, consiguete un par de sombreros en un modelo que nadie más tenga. Es lo más económico para evitar extraviar a una amiga. Parque Marino en Dalian.
Circo acuático en el Parque Marino de Dalian. demasiada gente apiñada para ver focas, morsas , payasos y acróbatas. Mucha gente y no hay mejor elección de suéteres que los de estos cuatro frenes. Tienen un estampado de camuflaje colorido así como el de una milicia feliz.
Así termina este pantallazo a la forma en que se auxilia la gente de China para no perderse, no extraviar un familiar, evitar que les roben un hijo y no pasar páramo en esa sosobra. Cabe decir que entre nosotros nos perdíamos varias veces en solo cuestión de segundos y gracias a que nos veíamos diferentes, incluso por las barbas de unos nos reencontrábamos fácilmente. Recordamos que la gente de China es demasiado especial. Estar entre su abrumadora mayoría es como estar en otro planeta, en China, que es donde ellos mandan, por eso respetar y reconocer que cada cultura tiene sus cosas especiales es lo que les hacen muy diferentes. Mientras nosotros en cuestiones de ropa nos molestamos porque queremos vestir original y diferente a los demás, en China eso no es problema. Chao gente, por ahí les tenemos más fotos de China con sus costumbres fuera de este «lado» del mundo.
Y justo 15 segundos después de escribir mundo arriba me enseñan esta vaina y me pareció curiosa para ponerla aquí, un video que dirigió Michel Goudry, un director de películas y videos famoso por su creatividad.
Nombe, ya esto es mucha coincidencia, los planetas se están alineando en alguna galaxia cercana hasta por aguebazones como estas. Ahora sí, chao!
