Mi tía es una persona especial, no especial como si la describiera en una biografía hecha en video con cualquier narrativa humanista imaginada con música armoniosa de fondo, sino corruptamente especial. hablamos de mi tía porque es la persona más cercana con quién me familiarizo como un ejemplo muy ilustrativo de la mentalidad del panameño respecto a la corrupción y el desfalco al erario público. A mi tía siempre le gustó trabajar, pero con la boca, para conseguir cosas para sus propios intereses. Pero ella trabajaba, como que no, a veces en su pueblo natal ponía kiosco que sólo abría en épocas de carnavales, porque la ganancia era total, y para abastecerlo le pedía préstamos a sus hijos y como todo era en familia los dejaba trasquilados.
A través de su ejemplo voy a explicar como funciona el espíritu de la corrupción y así la mentalidad corrupta en las pequeñas y altas esferas. Ella, mi tía…resume todas las actitudes, los intereses y la manipulación en su mundo teniendo mucho en común con el comportamiento de los funcionarios corruptamente profesionales…sí porque administrativamente la corrupción es una habilidad.
Con esto quiero proyectar una realidad. Si mi tía es así, tan vivaz y sin escrúpulos en su pequeño e individual mundo, como serán los empresarios, ministros, diputados, magistrados, representantes, comisionados de policía y demás funcionarios públicos incluso penitenciarios en sus puestos de trabajo.
Ahora veamos que hay en la mente de esos funcionarios y políticos que escogemos en cada periodo electoral. Veremos, a través de mi original tía los detalles de por qué son así y por qué la corrupción es la regla con que se mueve este país.
Una nación inmaculada, Panamá era la aldea de los Pitufos antes de la corrupción, digamos 1900, y mi tía aún no había nacido.
Cuenta la historia patria que en sus inicios Panamá fue levantada por el criollismo y que su paulatino crecimiento fue estimulado por los inmigrantes. La nueva ciudad fundada en el casco antiguo fue el corazón desde el cual se acimentó la república con su nueva estructura de gobierno. Se crearon los partidos y se escogieron los dirigentes del país. En esos tiempos existía el amor patrio, porque era vital que todas las personas en el territorio cooperasen entre sí para sobrevivir con una identidad definida, política y socialmente y así entre cholos, chinos, negros, criollos y demás se creó el estado panameño. Separándose de Colombia el siempre difícil de recordar 3 de noviembre de 1903 y el 7 de enero de 1909 Colombia reconoció que no tenía ya poder sobre la nueva república.
No había espacio para la corrupción, era un pueblo pequeño y con demasiadas necesidades. Los hombres de estudio planificaban el desarrollo de la república, cuantificaban los recursos y con el comercio sus hijos salían del país a estudiar para regresar aprendiendo una profesión académica que beneficiaría al pueblo. Las personas eran respetadas, la educación con la influencia de la iglesia en cada pueblo hacia ciudadanos que expresaran respeto a las autoridades desde el más humilde hasta el más ilustre.
Era una saludable nueva república que aunque no crecía tanto como las demás en el área, sus recursos naturales insospechados, aún no estaban en la mira de las potencias mundiales, hasta que Francia nos habló de un Canal y así empieza esta historia de corrupción.
Panamá, protagonista del mayor caso de corrupción del mundo en el siglo XIX (19)
Para quienes creen que el caso Panamá-Papers es el caso de corrupción más grande de nuestra historia patria no conocen el Caso Lesseps, que no nos cuentan en los libros de historia. Sólo se nos escribe inocentemente y en forma de infortunio así como para que no le tengamos rabia a los franceses;
«Ante problemas de financiamiento de Francia, al no poder completar la obra el proyecto pasa a administración de los Estados Unidos.»
En detalle lo que ocurrió fue que Lesseps recaudó el dinero de inversionistas franceses, incluyendo gruesos ahorros con los cuales pensaba cubrir los costos de la construcción del canal con la gran confianza de que aún sin él ser ni ingeniero, ni saber de finanzas (así como muchos diputados que no son idóneos) se sentía confiado porque ya había construído el canal de Suez y como aquél fue chicha de piña pensó que lo mismo sería con Panamá, pero los presupuestos de la construcción se dispararon porque Lesseps no había estudiado el factor suelo, ya que las montañas panameñas eran rocosas y necesitaban más dinamita para abrir trocha y se quedó corto y en lugar de declarar su incompetencia con el resto del dinero sobornó a la prensa y a los políticos del gobierno francés para que influenciaran y atrajeran financiamiento de más gente. Pero todo se destapó y aparecieron nombres de funcionarios franceses que participaron del encubrimiento. A pesar de todas las pruebas sólo hubo un preso que cumplió 3 años y luego se fue para su casa. Las pérdidas fueron de 1,300 francos , dinero que mas de 600 suscriptores perdieron en este caso, y eso no lo sabe mi tía.
¿Qué hace a un país corrupto, en especial Panamá?
Ser un país ricos nos hace corruptos, y Panamá lo es. De hecho nuestra población vive rodeada de riquezas naturales. Grandes cantidades de costas, multiplicando su valor marítimo y turístico, es centro estratégico del comercial mundial, con sus bancos, puertos y canal interoceánico y de paso sus recursos acuíferos utilizados en un 70% en el funcionamiento del canal. Tenemos un país altamente rico per capita, por lo tanto la corrupción se muestra como una tentación sin excusas como diría la Chimultrufia, «Ah pues, por qué no si sí «, y es porque hay demasiado para todos. Pero de tanto y demasiado lo que importa al corrupto es estar en la boca del jarrón de miel y la política es la puerta para llegar a ella y hay demasiada tentación por entrar al sistema. La misma ineficiencia del estado es la excusa política para que los aspirantes a ella tengan una coartada para incluirse y recibir beneficios. Todos podemos arreglar el país como lo hace mi tía en su pueblo.
Políticos idóneos, cuando la corrupción es producto del caudillismo y no la capacidad.
El fenómeno del caudillo electoral es producto de la mentalidad de aldea y es una venta propagandística que se nos inculca desde los inicios de la república con figuras de prominente adoctrinamiento desde Bolívar. El desarrollo en un país es una constante necesidad, ya que su población crece. La población políticamente pensante necesita funcionarios eficientes que nos proyecten la política como bien social, pero la misma acción política para la vía electoral no lo permite. El pueblo ha sido acondicionado a la imagen heroica, guerrera, sacrificada y dolorosa del caudillo, que si bien tuvo mérito ante la colonización, la invasión y la necesidad de un líder real en los días de lucha independentista, ya no son necesarias cuando un país se hace internamente estable y la proyección de estas figuras no son necesarias como patrón de liderazgo, por lo tanto la fórmula del líder es un instrumento político bajo el que se amparan las ideologías políticas.
Héctor Gallego, todos los años se recuerda su asesinato, pero no las bases de su sistema de recursos que liberaba a los indígenas del paternalismo.
La ciudadanía ya esta acondicionada a esperar ese comportamiento pasional de los aspirantes a puestos políticos. Aunque no vivamos en el período de dictaduras y golpes de estado. Y de ahí parte el inevitable sistema que origina la política casera de a pie, el paternalismo, para resolverle hasta el último tornillo a cada ciudadano. Recordamos en este punto el sistema de auto-sostenimiento que pretendía crear El padre Héctor Gallego, quien peleó por la autonomia regional y que hacía peligrar ese sistema paternalista, ayudando a la gente a subsistir sin esperar regalos de los políticos.
Así la política se hace egoísta y la compra de votos y la promesa de ayudarte personalmente con el techo de tu casa alimenta esa distorsionada visión donde todos nos educamos en este tipo de política del dame que te doy y se pierden los límites entre el beneficio personal y los planes administrativos para toda una comunidad y así es como mi tía lo ve, beneficiándose de los materiales de construcción que deben ser bien administrados para que sean utilizados con eficiencia.
La corrupción en los ministerios y demás.
El paternalismo torrijista trajo actitudes a la que nos acondicionamos los panameños. Debido a que el pueblo tenía carta abierta para políticamente ocupar cargos públicos y administrativos sin el requerimiento de idoneidad, porque éramos los hijos de la patria. Las instituciones se llenaron de figuras con poco conocimiento de administración y profesionalismo, lo que nos viene afectando hasta hoy 2017.
No existía calidad administrativa en los puestos bajos, como representantes, alcaldes y funcionarios, por tal desde un jefe botella hasta los funcionarios botellas se iba copiando la actitud corruptiva en eficiencia. No existía una conciencia de servicio hasta mucho más abajo en la cadena el funcionario tipo «Fernando». Así los ministerios se convertían en focos de fugas tanto de materiales y recursos como de activos expedidos por la contraloría y sumemos a esto la trastocada administración de la CSS. Cuando no hay castigos ejemplares ante cualquier robo de recursos estatales en las altos puestos el pueblo por defecto responde igual y así sentimos que la corrupción a baja escala no afecta, pero imaginemos 12,000 tías como la mía haciendo estragos en el gobierno.
El político amigo y el show, formas de aminorar el efecto corrupción.
El político es un empresario y cuando se lanza a las elecciones no puede tratar al pueblo como si fuesen sus empleados, actitud muy marcada en ellos y que tienen que aminorar en pos de resaltar con su carisma. El político empresario siempre trata de proyectarla, cosa que le sale difícil, porque no tiene cultura de servicio, sino de intereses. En la dictadura los métodos de corrupción eran más sofisticados, menos codiciosos, casi imperceptibles a espaldas de sus grandes escándalos, como Cofina o Van Dam. De la extirpe del P.R.D. nace el político campechano, el que le habla al pueblo al oído y al que el pueblo cree le entiende y le perdona, como en el caudillismo, mientras la figura esté presente y cumple con el desarrollo social, el resto de nuestros derechos, aún siendo violados, no nos parecen algo serio por qué alarmarnos, él es como un padre poniendo orden en su casa, bajo su paternalismo.
A mediados del siglo pasado se ampliaban las obras sociales mientras la corrupción no parecía un problema real y el vocablo aún estaba frío en la ciudadanía. La personalidad del político Showman nos sigue halagando aún hoy día por la aceptación que tenemos de sus lenguajes y gestos populistas. Y la mercadotecnía política lo sabe, por eso en las campañas políticas los publicistas se rompen la cabeza para ponerle un nombre Ñoño y popular a los candidatos, gente que ni en sus casas tienen estos apodos dignos de ponérselos a un bebe recién nacido, Popi, Toti, chito, Tete, Cuti. Mi tía tiene también su diminutivo y también tiene una forma chévere y graciosa de ser.
Figuras de la farándula en puestos políticos.
La fama es el camino más fácil para crear figuras políticas y para el pueblo calificarlos por popularidad es más justo que por capacidad para que pongan su «experiencia» en puestos tan delicados como los de hacer leyes a personas que no tienen una carrera o conocimiento profesional sobre aspectos como planificación, sociedad, economía, impacto social y demás temas de comprensión. De hecho al llegar a ocupar un cargo como diputados su trabajo es el de opinar en bien del partido que los colocó. Ellos aman la fama y para mantenerla incluso el estatus hacen de todo por ser maleados por los intereses de su partido y son buscados por los mismos partidos como peones estratégicos.
Al panameño le gusta la impunidad y tiene mano floja para condenar a los culpables de desfalco y robo al estado.
Sólo en México, la madre de la corrupción.
El problema con Panamá es que es una nación afortunada en muchísimos aspectos, somos una tierra bendecida, donde sólo los dedos de los huracanes nos tocan las costas, los terremotos nos ponen a bailar y el volcan Barú se fuma un porro con nosotros. No hemos tenido crisis de hambrunas, guerrillas o catástrofes poblacionales a excepción de la invasión norteamericana y no se sumen los días de las guerras de independencia. Todo esto junto a la corrupción es un factor ligado a la inmadurez política. La opinión pública del panameño no tiene fuerza porque tampoco la exige, los daños visibles creados por la corrupción no se perciben como tales, porque forman parte de la dificultad de nuestras faenas. Panamá es un país muy pequeño y el ciudadano está lleno de una seguridad falsa ya que no entiende los mecanismos que hacen que la corrupción le afecten, ya que vive alejado de la real política y más cerca de la política del espectáculo.
Lo que siente el político corrupto.
La corrupción es un hábito cuando hay poder. Tiene perfiles narcisistas, y en nuestra asamblea hay una población grande de políticos con estas características. Los actos y planificación de «proyectos» de corrupción son trazado desde la perspectiva de partido, de ganancias, de presupuestos y de resultados. Por lo tanto si hablásemos de un buen político y que su vocación política proviene de la mentalidad de servicio, la persona que incursiona en la política llega a creer que la ineficiencia en solucionar problemas sociales no es debido a su incompetencia, sino a la amplia burocracia, que él no creó, sino que es parte de una lucha en la que él entra como un agente que intenta cambiar y que en el corto periodo de su puesto no puede, al igual que sus antecesores, dejar huellas positivas.
En tanto el político de carrera, o sea que ejerce la política como único medio de «trabajo», conoce bien la manipulación de masas y del uso de la demagogia y el comportamiento del pueblo. A él le ayudan muchas fuerzas externas que le dan la seguridad de actuar con impunidad y libertad. El poder de convencimiento que usan en los medios es parte de su estatus de corrupción, porque el método siempre es efectivo y autocreíble. El político vive un mundo mental de historias alternas, donde sino se le demuestra, siendo culpable de peculados y corrupción, sus casos no existen y se comportan como tal, la ley es su editora, en los fallos se basan para seguir delinquiendo en los puestos de gobierno, por lo tanto los medios y la ley son sus dos primeras líneas de protección. En ellos resguardan su imagen de político eficiente. La pobreza es la tercera fuerza, el como bajo las herramientas de la necesidad, el voto es maleable y manipulable. La falta de información en los nuevos ciudadanos con derecho a sufragio, ya que son facilmente manejables bajo el concepto de contrarios, de tradición política y trending politico, incuestionable por ellos , ya que no tienen criterio político por ser jovenes. El estilo de vida consumista en que han entrado las dos últimas generaciones de panameños, donde el individualismo y el entretenimiento, alejan al panameño de tener sentido crítico ante las figuras que quieren que les demos votos en la política. Todas estas ventajas las usa el político de carrera para dominar los puestos políticos.
Los políticos con visión administrativa nunca ganan, porque no apelan a las emociones.
Ilustramos con Don Belisario Porras porque no tenemos más ejemplos cercanos.
¿Se han dado cuenta que cuando un político trae propuestas inteligentes nunca se les escucha, ni se les toma en serio y que cuando un político tiene aura de buena gente lo utilizan como figura lider, incluso lo convierten en futuro presidente ante la crisis de líderes, como si fuesen, perdone la comparación, un niño símbolo de la Teletón. La figura de Mimito Arias es un claro ejemplo de buena estrategia, donde sus adversarios lo sabían, que era sólo una figura, mientras el cero carísmatico Varela tampoco convencía con su estilo de empresario y capataz de los tiempos del algodón sureño que no despertaba real simpatía por su corte clasista. La crisis de políticos eficaces no existe, existen juegos de poder. Y de esta crisis nace el político independiente, el único cuestionable y al que los medios manipulados dedican mucha energía para desmeritar y opacar. Recordemos la parcialidad de los medios y sus inclinaciones políticas.
¿Por qué los políticos piensan que la pobreza no es culpa de los gobiernos?
Mismo texto, dos sentidos, uno producto del mercadeo de ideologías y el otro vivido.
La pobreza es resultado ligado directamente al obstáculo del pueblo a ser atendido efectivamente en sus necesidades. La corrupción corta el camino para que las necesidades de una comunidad se den. El político tradicional piensa que la pobreza es un asunto regional e histórico, étnico e incluso cultural el cual se ha vivido generacionalmente, y que el derecho al poder por tradición y apellidos como relevo generacional es «necesario», ya que por generaciones el rumbo político siempre ha sido actuado por los mismos protagonistas, pero divididos en dos fuerzas alternas por intereses económicos que crecen en cada ciclo político y detrás de estos intereses de último está el interés social, siempre ligado a un beneficio individual de la clase política, lo que demagógicamente el político evidencia en los medios como el beneficio directo, siendo el indirecto, o sea el social el que sirva como base en cada planificación que conlleve sus intereses. Mi tía no aplica aquí, de a vaina puede regalar mangos del palo de su patio.
La percepción de qué es democracia
Continuando con este análisis vamos mezclado todos estos elementos anteriores, los que nos crean la visión de qué es la democracia. Para la mente de masas es la necesidad constante de que nos ayude un gobierno, que la política esta enfocada en perdedores y ganadores y no en eficiencia. La fiesta electoral, es explícitamente eso, una fiesta contínua, como un carnaval donde calle arriba y calle abajo pugnan por ser el mejor en nuestros pueblos, como aquellos donde viven varias tías mias, donde las carencias y necesidades durante el año no son percibidas como deficiencias mientras transcurren los gobiernos. Los mandatarios no son humanistas dedicados al idealismo de lider de que se les disfraza propagandísticamente en las elecciones, sino un producto de doctrina dentro de los partidos para perpetuar la división de ideales políticos, donde se pierde de vista al elector, que elige pasionalmente y no con la conciencia de sus necesidades. Por tanto la democracia ya no es objetiva desde los individuos, que no la pedimos en la ley, en los ministerios, en la eficiencia de las actividades empresariales que ejecuta el gobierno y terminan en la mala distribución de nuestros impuestos, la administracion de fondos y sus resultados sociales, no; la democracia vista por el panameño es un estado de seguridad y economía donde sólo importa que no se toquen nuestros intereses inmediatos.
El sistema está corrupto
Hasta el contemplar la corrupción es un acto de corrupción. Ilustrar con caricaturas se ve inofensivo, pero guardan una irónica realidad.
El sistema político esta hecho, sostenido y alimentado por la corrupción, ella mueve al país de una forma muy antinatural, y lo hace crecer de una forma tambien desigual. De hecho, la frase atinada de que la corrupción es un cáncer no es solamente figurativa, se comporta como una célula maligna que crece de forma exagerada alimentándose sobremanera de la energía que el cuerpo genera, por tanto el cuerpo tiene síntomas de desnutrición. La corrupción esta tan penetrada en las raíces del sistema y por diversas razones, las familias perpetuadas en el poder, el método de elección y los intereses compartidos de los políticos que a la vez son empresarios que buscan hacer leyes para optimizar sus ganancias, la mayoría de las veces afectando el producto interno bruto favoreciendo las importaciones que peligran la producción local, generando una alta dependencia del comercio de importaciones, costumbre que se puede hacer sin aparente estrago económico en la fortaleza financiera del país, ya que tenemos el respaldo económico de puertos y el canal de Panamá como soporte a las crisis que generan los gobiernos en corrupción.
La corrupción ha moldeado el país en formas irregulares de desarrollo sin control. Hay familias enteras que han crecido obteniendo beneficios de la política, empresas que han participado de proyectos urbanos amañados donde los estudios de impacto social son tan deficientes que afectan el crecimiento planificable del urbe, en el orden vehicular, el acceso físico a lugares y negocios mal ubicados. En un modo macro en peligros como contaminación del ecosistema, proyectos que deterioran el ambiente y así se cuentan una tras de otra estas formas de cáncer con que se estructura y planifica un país, todos provenientes de aprobación de leyes en los órganos de estado.
También mucha gente depende de este sistema, ya que han hecho sus vidas alimentándose de la economía alterna que producen los productos de la corrupción, por esto es tan delicado el asunto de la corrupción, cambias un sistema por otro y se perjudican muchos. Cierras una empresa corrupta y queda mucha gente desempleada. Las promesas de campaña se diluyen cuando gana un político, pero ha de cumplir primero con quienes le apoyaron como mi tía, siendo parte viva de ese engranaje llamado corrupción. Ella es una de tantas personas que alguna vez como agradecimiento recibió materiales de construcción a través de los recursos del estado de parte de políticos, todo para hacerse su casita nueva.
Y así va mi tía echando pa’ rriba su casa, sin poner ni un centavo.
Mi tía para mantenerse subsidiada durante el año vive en la casa que heredó de nuestra abuela. Y cada vez que necesita dinero inventa hacerle mejoras pidiéndole subsidios a sus hermanos en la capital, ideando obras como ponerle baldosas a un cuarto o levantar un nuevo escusado. Obras que nunca se hacen, porque el dinero lo usa para otras cosas y la casa a pesar de los años sigue sin mantenimiento, arreglada sólo con lo que pide regalado, por eso la casa tiene un portal en un estilo cercano al arte Kitch, por lo tanto la casa siempre está fea y descuidada, quizás a propósito para seguir pidiendo subsidios.
Representación gráfica de lo que se siente al estar en casa de mi tía.
Y cada vez que queremos ir de visita a la casa en fechas festivas no se puede descansar porque la ocupan gente que no pertenece a la familia, gente a las que hace pequeños favores usando la casa como recurso. Razón por la que al llegar nos sentimos como extraños dentro de nuestro propio patrimonio. A pesar de todo ella no es tan mala, (como tampoco lo es Martinelli) ha ayudado a mucha gente a cambio de votos e inscripciones a su partido para así ganar algún beneficio político. Tiene un don de gente inimaginable. Ha evitado por todos los medios aparecer en algún documento público, porque espera recibir 100 a los 60. Mi tía y su sublime micro-defalco a las arcas.
De su leve trayectoria política nos vamos imaginando como se ramifica la corrupción en tantas vertientes hacia un complejo sistema humano que la mantiene, como las leyes creadas aportan y protegen a la corrupción, como la policía se hace garante de un supuesto mantenimiento del orden cuando las masas protestan por cambios, cuando el loco es el pueblo y no los psicópatas que nos gobiernan (Según estudios reales alrededor del 80% de los políticos son psicópatas) apertrechados de sus flagrantes puestos llenos de envestiduras honorables.
Es caricatura, es fábula, pero nada más cercano a la realidad.
Sobre la psicopatía de los políticos, es entendible que para estar en la política los métodos y estrategias para mantenerse en el poder son los mismos que se dan en una banda delincuencial, los actos políticos así lo determinan, la insensibilidad para lograr llegar al poder, el comprender que un pueblo sufre directamente la ineficiencia administrativa día tras día, el irrespeto a la inteligencia de los ciudadanos pensantes y sus opiniones. Los políticos que frecuentemente estan involucrados en corrupción, crímenes, delitos, su asociación directa con la delincuencia, la policía y su nuevo esquema de poder. Todas estas señales, son obviedades en un sistema político psicópatico. Por ende mientras más alto el puesto o cargos, más pscopáticos los individuos.
Hasta aquí nos planteamos todo lo que pensamos es corrupción y como invisiblemente nos va deteriorando el acceso a nuestros beneficios que es lo que nos merecemos los panameños por ser parte de este pedacito de territorio que tiene suficiente y de sobra para todos y donde carecemos de casi de todo, por acondicionamientos históricos de los que también nuestras futuras generaciones adolecen y continuarán alimentando en un país donde la corrupción es normal. Un buen ejemplo lo fue Singapur, que como país pequeño y lleno de dificultades y menos ventajas que Panamá ha dado su paso contra la corrupción, porque ha reconocido que eliminándola crece como nación. Y se nos olvidó la tía, amén