Si bien los bien cuida’os aparecieron a mediados de los 70’s, su existencia y evolución vale la pena relatar, y más porque el anterior alcalde José Isabel Blandon intentó civilizarlos y regularlos de forma legal en pro de una imagen más moderna para la ciudad.
El origen de este «oficio» se hace evidente en los años 70’s donde los «bien cuida’os» aún no existían, sino los «busca parking», los cuales eran panameños sencillos que se ofrecían para buscarle estacionamiento a las personas que iban en auto a los eventos, ferias, conciertos, actividades recreativas dándoseles de entre 10¢ a 25¢ por un espacio.
Uno de los primeros lugares donde los bien cuida’o empezaron a aparecer…
Los lugares más recordados donde veías a los «busca parking» era en eventos a los que anualmente concurría y no podía faltar la familia panameña; la Feria Coca-Cola en los terrenos del Gimnasio Nuevo Panamá, dentro del gimnasio el Holiday On Ice, La Feria Panamá en los terrenos del Aeropuerto Marcos Gelabert, el Circo de los Hermanos Gasca en el antiguo terreno de Plaza Concordia, en conciertos como el de Joan Jett en los terrenos del Depósito de tumba Muerto, y los eventos que se realizaban en el Atlapa. Algunos de estos lugares eran sitios de poca vigilancia policial, lo que hacia necesario que los «Busca parkings» se empezasen a especializar en cuidar los autos de los que iban a esos eventos, así nació el «bien cuida’o».
La proliferación del «bien cuidao».
En los años 80’s debido a la novedad y popularidad que alcanzaron los equipos de sonido estéreo en los automóviles una gran parte de los panameños quería tener un amplificador con casetera, aparatos de alto precio que la gente ponía en sus autos, sin sumar sus estridentes sistemas de altavoces. Estos equipos eran presa fácil del hurto lo que hizo del «bien cuida’o» un elemento indispensable para cualquier tipo de estacionamiento en cualquier área de la ciudad. La variante «Bien cuida’o Chief» se deriva de cuando el cliente era algún gringo de la zona del canal que venía a la ciudad.
Como se proliferó la necesidad de resguardar los autos que se estacionaban en cualquier rincón de la ciudad entraron a la «profesión» piedreros, drogadictos y personas desocupadas vigilando áreas de estacionamiento en restaurantes, discotecas, centros comerciales (el Dorado, antes de su remodelación), en entidades del gobierno, en todos de forma permanente, ya que tenían que cuidar su área de la presencia de otro bien cuida’o. El mal del hurto trajo su contraparte. El oficio se convirtió por decirlo así, en una forma indirecta de pedir dinero cubriendo la mendicidad por un trabajo unas veces necesario para sus clientes y otras imaginario.
Desde los 90’s el bien cuida’o tomó dos vertientes, los piedreros en áreas populares y los multi-tareas, dedicados a, además de cuidarte el auto improvisar lavándotelo en el estacionamiento.
Se conoce que un bien cuida’o puede estar ganando muy buen dinero dependiendo de donde ejecute su labor…con precios desde 25¢ a 5 dólares por auto, reuniendo hasta $500.00 dólares al mes por lo que podrían estar pagando impuestos al municipio si contasen de un permiso legal, como lo propuso el Alcalde José Isabel Blandón. La regulación a la que aludía el Alcalde se debe a las denuncias de turistas y visitantes del áreas del casco viejo donde la exigencia del pago de hasta 5 dólares obligadamente por los «bien cuidao’s» se ha convertido en un abuso.
La parte negativa de este oficio informal es que le dimos poder y autoridad a los bien cuida’os sobre el servicio que ejecutan. Y ese poder, como ocurría con los diablo rojos, los billeteros, los taxistas y demás servicios de los cuales dependemos han hecho que estas personas abusen de ese poder tiranizando su oficio.
El Alcalde Blandón, sugirió normalizarlos, uniformándolos, que pagasen impuestos, pero nunca hacerles pasar por seminarios de atención al cliente. Pero todo quedó en nada. Panamá necesita una normativa para formalizar todo oficio nacido de la inseguridad y el deterioro civil que vivimos en la ciudad, o eliminarlo si no se llega a una solución, He dicho.
Y para terminar un oportuno meme del Gallinazo.