Mi memoria estaba tan estropeada que confundí a Heidi con Angel y Candy Candy. Eso me pasa debido a una dislexia conceptual con la que mi mente separa objetos y enredo los términos. Ya cuando entré en razón y saqué a Heidi del hogar de Pony y la alejé de las semillas de la flor de los siete colores empecé a escribir. Toda generación anterior a los millenials conoce a Heidi, la niña hiperactiva que vivía junto a su abuelo en los alpes suizos, además de Pedro, copo de nieve, niebla y diversos personajes tan pintorescos y naturales que ponían nieve en nuestra imaginación, porque sus historias eran tan rurales y comunes que lo único que las diferenciaba de nosotros era eso…la nieve. Y sumando a la fantasía infantil, lo que aún ronda nuestras mentes es la incansable canción de entrada de la comiquita, y el recuerdo de ver a Heidi con las nalgas sobre el columpio más largo del mundo.
Dijmos nalga y rompimos la fantasía. Sigamos hablando de Heidi para que vayamos recordando mejor a esa niña de los dibujos animados que en toda nuestra inocente pubertad, aún los chiquillos más hardcore mirabamos antes de la tanda de los robots, a los que tu hermana ni ponía atención y se daba la vuelta. Clase de feminismo infantil ese, uno entendía a Heidi y ellas no a los robots.
Contémonos algo aburrido de por qué nuestra Heidi nació en Japón.
Lo que viene es un retroceso en la historia para entender el origen de Heidi. La corriente tecnológica, por decirlo así en Japón, fue históricamente influenciada por Europa y además de Los Estados Unidos desde el siglo XIX (19). No porque los japoneses muriesen por «occidentalizarse», sino porque venía de mano la necesidad de modernizar Japón, ya que los ingleses y demás países motivaron su interés desde que se inició la era industrial y científica. Y los japoneses para acceder a la tecnología tuvieron que ceder su independencia a estos países que apuntaban como desarrollados para obtener ese privilegio.
Así se fueron adquirieron costumbres foráneas debido a los intentos de intromisión cultural que sufrió Japón. Todo esto se fue dando desde la era Meiji en 1868. Ya entendemos por qué en Samurai X se daban situaciones y personajes ingleses por la invasión militar que sufrieron. Luego de la segunda guerra mundial, un Japón tecnológicamente superior y su trágica experiencia con Hiroshima con su propia caída dictatorial, fue reconocida como potencia mundial y de ahí salió la tecnología para hacer las comiquitas, simple.
Con esta breve idea queremos llegar a entender por qué siendo Japón un país muy tradicional se creaban historias con personajes europeos, como Heidi, Candy Candy, Angel, Sabrina, Marco etc, todas inspiradas en occidente (Europa y EU). Lo que nos lleva también a entender por qué algunas productoras animadas niponas en los 60’s buscaban con esto expandir su producto al mundo más allá de la Isla, eso lo veremos más adelante. Ahora vayamos a otra historia.
La verdadera historia de Heidi.
Dejamos la parte aburrida y socio-cultural a un lado y nos vamos al origen de Heidi. Heidi es original de Suiza y fue escrita por Johanna Spyri. Nació en ese país en 1827 relatando la infancia de una niña en el campo. En sus cuarentas a Johanna se le ocurrió empezar a escribir una novela para ayudar a la Cruz Roja a recaudar dinero para sus aditamientos, ya que en su familia la medicina era parte del diario vivir. Además al mudarse a Zúrich, se refugió en la escritura para palear las dificultades que vivió lejos de su pueblo, ya que no se adaptaba a esta ciudad. Así entre tanto fue escribiendo Heidi, para contársela a su pequeño niño. La inspiración para Heidi fue su propia infancia en los Alpes suizos, así que Heidi era indirectamente una autobiografía.
Su marido Bernard Spyri, era editor de un diario y él le ayudó a publicar Heidi en 1881 y eso fue todo, la fama de esta novela en especial se disparó, a pesar de haber escrito ya otros 20 libros. El ambiente de la época de Johanna Spyri era muy agitado y lleno de inestabilidad debido a la guerra Franco-Prusia y se vivía una situación política frágil entre los países en Europa. Mientras tanto ella seguía escribiendo, pero algunos años más tarde el infortunio llegó a su vida, su hijo, con quien llevaba una relación tan estrecha que aprendió música de ella y cantaban juntos, a los 29 años de edad muere de una enfermedad degenerativa y luego su esposo. Al quedarse sola a los 53 años se dedica a criar a una sobrina suya a quien también le dedica cuentos y sigue escribiendo. Muere el 7 de julio de 1901 en Zúrich.
La posterior fama de Heidi en el séptimo arte.
Heidi – Metro Goldwin Meyer (1937)
Ya Heidi estaba en la pantalla de plata muchísimo antes de que conociéramos nuestra versión japonesa, de la que tenemos grandes recuerdos. Shirley Temple fue una niña prodigio del cine. Hizo tantos papeles infantiles en los años treinta que ya era como un Mikimau y por qué no, la metieron también en el personaje de Heidi para sumarla a su repertorio de películas. Así salió su versión, en ese estilo de musicales muy hollywoodenses, cosa que no le cayó bien a uno de los grandes protagonistas de Heidi…los Alpes Suizos. Porque sin exteriores, ni campos y montañas no existe una Heidi tal como los vivió Johanna Spyri, y es que esta película se reducía a fondos cerrados con paisajes pintados, dejándola sin aire fresco. Aunque su trama se cuidó faltó ese importante detalle.
Si tienen tanto ocio y paciencia, mírense la cinta.
Heidi – 2014 (serie animada en 3D, Studio 100)
Se han hecho diferentes versiones, casi once, de entre ellas existe esta versión en 3D producida por Studio 100 animation de Francia, con 39 episodios. Ellos ya habían hecho una versión de Maya, la abejita hippie que todos conocemos. Esta serie en contenido encanta, pero es muy difícil crear algo hermosos con un presupuesto novicio.
Los fondos fueron copiados al estilo tradicional de la animación original, un buen punto a observar y que mezclaron muy bien con la animación 3D. Visualmente están bien logrados los diseños de los personajes que parten del original de los dibujos japoneses. Y como decimos, a pesar de las limitaciones de calidad en render, en iluminación y animación, ya que es un producto para la TV eso no fue impedimento para los que se dejan llevar por la historia, que está muy bien reproducida de manos del guión, el cual es totalmente fiel a la serie japonesa. Vale verla como punto de observación y disfrutarlo como una curiosa remembranza. Se estrenó en latinoamérica en Disney channel para Argentina, Colombia, Chile Y Perú, Siendo #3 en Brasil.
Heidi -2016 (Director: Alan Gsponer)
La última versión hasta ahora es la del director suizo Alan Gsponer. La protagonista es Anuk Steffen, también suiza como la original Heidi, siendo además su primera película que ganó compitiendo contra casi 500 otras niñas en el casting. Esta es una versión sincera, sin intentar demostrar más que una fluída historia con todas sus vertientes ya conocidas. Es enfática la fidelidad con el libro de Johanna Spyri, haciéndonos olvidar a nuestra Heidi japonesa. Una renovada naturalidad que vale la pena experimentar. La fotografía fue minuciosamente trabajada, dejándonos vivir, por decirlo así, una satisfacción grata en paisajes reales y naturales que superaron en buena medida a las técnicas donde se usan fondos hechos en computadora porque fue filmada en locaciones naturales en España, en una comarca del municipio de Cillorigo, en el valle de Liébana donde se encuentran imponentes desfiladeros en un lugar llamado La Hermida. Todo se siente muy real en los mundos alpinos y moderno respectivamente en esta versión de Heidi.
Bueno, ya basta de tanta orquesta de fondo en el trailer que me hacen creer como si la vaina fuera IMPORTANTE y me tienen creyendo en esta Heidi…(ando bipolar), eso pasa cuando te rompen el tímpano con estos crescendos musicales que todo nos lo pone épico, así como las ramitas de olivo que le ponen a los títulos en los festivales de cine. Esta me parece es la mejor versión posible hasta ahora. Y algo que tiene Heidi que ha trascendido tanto en el tiempo es eso, la libertad, la familia y la naturaleza. Como vemos; los escritores de esos tiempos caóticos son personas sensibles al entorno y en esas épocas veían algo en el modernismo que les quitaba su naturaleza. Mencionamos a Tolkien en El señor de los anillos y su interés ecológico. Sin querer estos autores visionaban ese contraste abismal entre la naturaleza y el acelerado modernismo de sus tiempos, cosa que sigue siendo un tema para el alma y la libertad. Como que exagero.
Nuestra versión, la que nos interesa, la Heidi de nuestras cómicas.
Nuestra Heidi se difundió en español en 1978, aunque 4 años antes se estrenó en Japón. Cuenta con 52 episodios y fue doblada en México. La idea de la versión animada nació en Japón en una de las pequeñas casas de animación de la productora Nippon Animation cuya industria esta dedicada especialmente a historias y cuentos de origen europeo. En una de sus pequeñas divisiones o casas de animación se creó Heidi donde nos aparece Isao Takahata quien dirigió toda la serie animada y el siempre conocido Hayao Miyasaki, quien en su juventud se dedicó a diseñar los personajes de Heidi.
Hayao e Isao en los días de Heidi.
Fue gracias a Heidi que esa productora expandió sus productos a Europa, siguiéndole Maya, Marcos, Las fábulas del bosque y otras animaciones que no recuerdo. Se dice que Heidi logró que el anime se difundiera al mundo. Porque el otro titulo que desde el manga lo hizo fue Astro Boy, creada por otro estudio y difundida antes (1963) por la misma cadena de TV que sacó a Heidi, Fuji TV.
Al parecer ya todo está dicho sobre Heidi, sólo quedan nuestras recuerdos y nuestros días de TV junto a ella. Mientras observamos como en esos mismos años Disney difundía sus obras animadas, adoctrinando a tantas generaciones con sus irreales moralejas matrimoniales. Andamos así todo críticos e inspirados en el humanismo de la filosofía de animacion japonesa. Sin recordar la era oscura de la animación, esos años pre-Cartoon Network de los noventas, una era muy psicodélica y esquizofrénica en el mundo de la animación con cómicas sin razón de ser. En lo personal nunca entendi el estilo de Vaca y Pollito, y demás comicas, la verdad me pasé por el pie esa época de cómicas sin moralejas. Salvo Ren & Stimpy.
Llegamos hasta acá porque debíamos llenarnos la cabeza de Heidi, mejor dicho, del mundo de Heidi, que con su origen literario es otro ícono familiar y no simplemente popular del siglo pasado. Para todos los que creemos que las cosas vienen ya hechas debemos apreciar que todo tiene sus orígenes, para así disfrutarlas como un mundo y no un producto. De nuestra Heidi, tenemos tantos recuerdos, nos metimos tanto en sus lágrimas, su inocencia y sus alegrías. Una niña feliz y traviesa que vivía en la naturaleza, entre el frío del invierno y un sol de colores al llegar la primavera, pero siempre mostrando su cálido corazón. No importaba si eras niño y te gustaba Heidi, no…eso de los sentimientos universales nos toca a todos y más a nuestra generación que sí entiende como esa dualidad de mundos -no puede ser, estamos hablando de los millenials otra vez- se ha alejado tanto de las bases humanas de convivencia de las décadas pasadas. Hasta aquí el review de Heidi, la niña de los Alpes.
Y con un aire Ghibi les dejamos el cierre de lo que venía más adelante, poncheras surrealistas que se originaron allá, desde los años 70’s, ya que Hayao Miyasaki fue el director de planos y escenas en Heidi, así que no nos extraña que este cierre haya sido idea de él.
Así ven, así son las cosas aquí en heragTV, saliéndoles a ustedes con estas ocurrencias que enriquecen sus sueños más infantiles. Nos vemos en otras cómicas. Mientras tanto pillen por acá los avances de nuestro próximo proyecto animado.