por El que me conoce sabe que una de mis metas en la vida es vivir para siempre, hasta el momento vamos bien. Lo he logrado a base de calma, paciencia y ser un cobarde, porque yo ni con la electricidad ni con los carros me meto ¡NO JEÑOR!
Otra de las cosas que me ha ayudado en este largo camino en mi búsqueda de la inmortalidad del cangrejo (que la verdad ni sé si hiciste) es seguir el ejemplo de objetos, comidas, piezas de vestir y hasta jabones que parecen no morir. Los seguimos viendo, dando lata, vivitos y coleando. No hay manera de sacárselos de encima.
Son como las cucarachas o Keanu Reeves, nada parece hacerlos desaparecer (Por favor vean Ronin 47 es la mejor película que ha hecho sad Keanu FOREVER AND EVER). Y no importa el tiempo ni el espacio, siempre estarán allí acompañándonos día a día. Nos haremos polvo y nadie tendrá el poder de removerlos del mundo.
Son varios así que los dividí por categorías. Empezando por las…
– Leches.
Leches Condensada La Lechera
No recuerdo la primera vez que degusté una de estas y no tengo porque. Probablemente lo hice cuando aún no sabía ni limpiarme solo. Existen desde la era de las cavernas o quizás más atrás desde el Big Bang, hay que preguntarle a Neil Degrasse.
«A mi no me preguntes un carajo».
La fórmula mágica de la leche condensada es básicamente leche de vaca a la cual le sacan el agua y le agregan azúcar. ¿Y el resultado? El alimento celestial de todas las lombrices de nuestra infancia y más allá.
«Te harás polvo y yo seguiré aquí, espeso y sabroso como siempre» – La lechera.
Leche Klin.
«Mamá déjale los grumitos…grumitos, mmmmmm.» Ni siquiera sé si esa palabra existe, existió o de plano me la inventé, pero esa era la manera de perdirle a mi madre que no dejara que toda la leche en polvo se disolviera.
Otra de esas costumbres extrañas era comer leche en plato y con cuchara. Vaina rara, pero así mismo era. Comer hasta empalagarse y terminar maldiciendo a los dulces por siempre…para perdonarlos y luego llenar tu boca de porquerías otra vez.
– Jabones que lavaron a tu tataratataratatarabuelo
Astral
Esta categoría incluye a varios participantes, por eso le dedicaremos atención personalizada a cada uno. Empezando por el Astral.
Dice mi madre que antes venía en una caja. Luego le dije «vieja». Hoy puedo jurar que me quedaron tres dientes flojos (pega duro la vieja…viene bajando otra).
Su supervivencia se debe principalmente a la terquedad de Protex de no sacarlo del mercado. Además de que huele rico.
Neko
Este es el «mesopín» de los jabones. Se usa para todo. Una herida en la pierna, NEKO, infecciones de la piel, NEKO, dolor de cabeza, probablemente NEKO (no lo recomendamos). Es una lástima que aún no hayan cápsulas NEKO, porque estamos seguros de que también curaría la resaca. ¿Y La estupidez?…nah, pensamos que esa no tiene cura, especialmente aquí en Herag TV donde somos bastante bestias.
Su distribuidor actual es Johnson & Johnson y pese a los rumores, no está hecho de grasa de pitufo como se pensaba…bueno por lo menos yo pensaba eso pues.
“Brincos Dieras”.
Jabón de Castilla o Baby Castille
El abuelito de los jabones está hecho a base de agua, sosa y aceite de oliva. Se llama así porque se producía en gran cantidad en los territorios de la Corona de Castilla. Luego se fue exportando a varios lugares, convirtiéndose en la moda para bañar bebés para todas las madres de Europa y América, así que ya saben de donde viene la frase «Hueles a Bebé». Frase que es un cumplido si recién te bañaste con Castilla. Sino te has bañado con Castilla es muy probable que te hayas vomitado encima y no te diste cuenta.
«que asco»
Entre las propiedades mágicas de este jabón están el poder de transformar a cualquier bicho salvaje en un ser cariñosón.
Y Finalmente el Lifebouy (Jabón fenicado o Jabón de Perro)
El jabón antiséptico, carbólico o salvavidas. Es comúnmente usado para bañar al mejor amigo del hombre, El perro (para los que creían que era la cerveza). Es de aquí que procede eso de “Hueles a Perro”.
Este jabón se hizo muy popular en el mundo luego de que en 1920 los Phillies de Filadelfia, jugando aún en el antiguo Bakers Bowl, pusieron una valla en los jardines que decía “Los Phillies usan Lifebuoy”. Una noche un vándalo le añadió “Y aún así siguen apestando”. Variaciones del chiste se han pasado de generación en generación.
Pasemos a otra categoría.
– Galletas.
Galletas María.
Estas señoritas son el quita hambre oficial de cualquier tarde de ocio. Esas que hacen que a uno ya no le queden los pantalones. Las galletas María vienen con un imán incluido que hacen que no importe donde demonios estés siempre estarás cerca de ellas y se aferraran a tus manos como pintura de aceite.
Existen desde 1874. Fueron creadas en Londres para la boda de una Duquesa y las hay por toda latinoamérica y el mundo. Aquí en nuestro país, La compañía Pascual las trajo a nosotros y ya luego no la hemos dejado de ver nunca.
Galletas de Animalitos.
De estas lo único que sabemos es que siempre cambian de empaque, pero su sabor es el mismo. Siguen estando allí pase lo que pase. Recreo tras recreo, depresión tras depresión, las galletas de animalitos han edulzado la vida de varias generaciones.
Lo que sí me pregunto es qué pasaría si me encuentro a un vegetariano comiéndose un paquete de ellas…¿eso sí esta permitido me imagino?
Galletas Sorbeto.
No has vivido una vida feliz si no te atragantaste con una de estas e intentaste explicar alguna babosada. Las Sorbeto causan ese efecto en la gente.
De ellas no hay mucho de que hablar son especiales porque sí e inmortales.
Al final tenemos una mención honorífica porque honestamente no las he visto mucho últimamente pero igual creo que aún existen.
Saltines
Voy a dejar que este man explique lo que sentía yo cada vez que me comía una de estas.
– Las Chancletas Jumbo
No había otra manera de cerrar. Alguien por allí me dijo que la fábrica que las produce esta por el área de La Chorrera, pero eso no tengo manera de confirmarlo.
El punto es que forman parte del ecosistema panameño y por ende hay que otorgarles el merecido lugar que tienen en la sociedad panameña por los siglos de los siglos amén.
Y finalmente…
Este señor tiene 90 años desde que yo tengo uso de razón y sigue allí. Cuando sea grande quiero ser como él.
Nos vemos gente.
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