Domingo cívico en la ciudad, ayer fue un día donde panameños muy expresivos se llevaron sus pancartas para tapizar el Palacio legislativo de conjuros y consignas civiles. Y una de las cosas que mejor salió fue que donde se colocaron las pancartas fue el lugar mejor pensado, ya que las banderas de las cucaratas no habían alcanzado para la parte trasera del legislativo. Allí señoras, señores, niños y gente joven rellenaron todo el perímetro exterior, a la vista de todos los carros de Panamá, en pocas palabras, el mejor lugar posible.
Luego de ver ese asunto el pacero Cubillas y yo (el man compone canciones romantic style) ya teníamos pactado un asunto curioso. Pescar en Amador. Era la una y llegamos con el sol en todo su equilibrio, los yates en la superficie colgaban su blancura sobre el hilo del mar y los crispeantes destellos del agua se mordían entre sí. Escribo así porque si él compone canciones cursis, yo le compongo también vainas cursis a la naturaleza. Llegamos a Isla Flamenco pero yo aún no sabía que teníamos que caminar hasta este punto.
Mapa de gugel donde ocurrió la historia.
Así que para adentrarnos había que tirar pie hasta llegar a esa saliente a pescar.
La vaina es que era un trip simple donde -quien sabe- podíamos o no sacar peces del mar así chévere, todo era cuestión de fé, porque aunque mirando el mar de lejos o de cerca, quitando los mapaches nocturnos uno no nota si ahí abajo hay vida marina por el color del agua, pero se arriezga a perder el tiempo, más yo que no sé nada de pesca y mi única experiencia fue de niño, cuando en el muelle de la Isla de Taboga capturé un pez redondo usando nylon de pesca envuelto en una botella de cloro y un anzuelo. Instantáneo niño feliz fui, luego metí el pez en un cartucho plástico, pasé 7 horas con él encima hasta llegar a la casa y freirlo en aceite y comérmelo con tristeza.
Pa’ qué no si sí…
Parte del interés por ir de pesca improvisada era encontrar imágenes de marinas (así se le llaman a las pinturas de playa, incluyendo barcos) para incentivarme a pintarlas en acuarela. El fren Cubillas usó camarones de supermercado para la carnada y me dio una caña sin darme instrucciones, así que me la pasé trasteando como mono la caña hasta que le agarré el juego.
La marea estaba baja, la superficie del mar achurrada como papel aluminio y las olas arrullando como gatos los bordes de las rocas. Desde ya les diremos que no pescamos ni un pez, porque la historia interesante es otra. Nosotros pensabamos que éramos los únicos en elegir esa esquina dormida de isla Flamenco para pescar, pero algo de lo que no nos percatamos fue que detrás y muy cerca de nosotros venía alguien, al cual no noté y que para sorpresa vi que lo tenía en una foto que había tomado antes.
Aquel era un tipo flaquito moreno con una maleta negra llena de quien sabe qué. Se nos acercó y saludó y empezó a preguntarme a mi cosas así de pesca y le dije que yo no sabía nada de pesquicultura y mi sinceridad fue lo que abrió los detalles de este encuentro. El mister se llama Güiliam, y le pregunté si era su nombre o su apellido y me dijo que era su nombre, así como la pintura Sherwin-Williams le comenté, y como no se cómo lo escribió en la cédula mejor le puse Güiliams.
Y supe de él algunas cosas que ocurrían ahí. Me dijo que un mes atrás era imposible llegar hasta allí porque la policía no dejaba y me dije: ¿Y esa vaina por qué? Y le dije, si será que cambiaron la administración, caprichos policíacos. Esas son cosas que nunca entiendo. Por qué la policía panameña tiene ese trauma como de que todo es peligro como en las películas, como sí todos los panameños fuesemos terroristas, pero creo entenderlo…
,,,puede ser que desde abajo se pueda mandar un misíl camuflajeado en una caña de pescar y destruir el centro de Telecomunicaciones de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). O quien sabe, puede ser un área peligrosa para los turistas improvisados y se pueden ahogar. Güiliam nos pidió carnada y le regalamos un camarón y se fue a pescar al otro extremo de la saliente rocosa.
Mientras tanto a unos metros dentro del agua otros pesqueros estaban en la misma faena.
Y más a lo lejos el servicio marítimo de protección costera cuidando de que nosotros no nos cayeramos al mar.
Güiliam pescaba sólo con aquel Camarón y un rollo de nylon, o sea que estaba pescando así como yo cuando estaba pelaito. Me quedé acá con el fren tirando y enredando la caña, en eso Güiliam alza la mano desde su rincón como para enseñarnos algo y yo caminé hacia allá sorteando los laberintos de rocas rayadas hasta llegar donde él.
No todo es gris en esas rocas
Al llegar me dice, mira lo que hay ahí. Era un pez que había sacado del mar. Miro y busco con los ojos aquello y entre las grietas de la piedra vi un pez pequeño lleno de protuberancias y le pregunté: ¿Se come? y me dice: -Con un movimiento de cabeza y apachurrando la cara- No. Mi pregunta fue porque me dio cosa que lo iba a dejar morir y me dispuse a rescatarlo lo grabé en el siguiente video.
[brid video=»208930″ player=»7481″ title=»Pez del litoarl pacfico»]
El pez es un pez piedra, creo…o sea, que si de verdad es ese pez agarré el pez más venenoso del mundo según investigué, y yo que me estoy muriendo por pedazos y este man me podría haber fulminar de una mordida. Como en ese momento no sabía lo agarré por la cola y lo lancé al mar denuevo y hasta me puyó con una aleta, y cuando le dije a Guiliam ya a él le había dado tres puyasos.
¿Será o no será? Que alguien me explique.
¡Igualito!
Y seguimos converzando y me dice que él en otras ocasiones se lleva hasta 5 peces y que los peces que sacaba eran unos Aguja, del largo de su brazo y entre la converza me pregunta: ¿Tienes más carnada? Y voy y le traigo 3 camarones y los corta en pequeños trozos. Parece que así los peces muerden mejor el anzuelo y no jalan el camarón llevándoselo por pedazos.
Regresé atrás a volver a pescar, porque ya sabía lanzar mejor la caña y me fui mucho más lejos a probar, pero el oleaje y la brisa no dejaba calma, y yo tiraba la carnada y pasaba el tiempo y lo que agarré fue un asado de sol nivel 1/4 de pollo rostizado. Volví otra vez junto al lapé Cubi y preparé otra carnada ahora que la mar estaba subiendo y la lancé ahí cerca. Parecía que algo picaba porque el hilo empujó como tres veces, pero nada…saqué la carnada y se habían comido el camarón por la mitad y escucho a Guiliam llamando porque tenía otra cosa interesante que enseñarme. Dejo mi caña y voy donde él y me dice: Mira ahí. Y vi un pez diferente.
Me sorprendió el color, gris con rayas negras pero con un fuerte azul translúcido por todo el cuerpo y le pregunté: ¿Se come? Me dijo, sí. Estaba muy vistoso como para ser alimento, pero cuando lo vi fuera del agua se me parecía a una Tilapia, pero era redondo, y tampoco tenía el hocico alargado. Y yo con ganas de echarlo al agua también creyendo en la pifia del color. También le tomé video.
[brid video=»208929″ player=»7481″ title=»Pez Piedra»]
Regresé denuevo y la marea estaba creciendo más rápido. Los cangrejos que resistían las olas pegados a las rocas ya se estaban rindiendo y nosotros también por la sed sin remedio y al recoger todo y movernos ya Güiliam se había marchado. Y al ir nosotros saliendo se nos cruzó en el camino una pareja sin saludar.
Ellos llegaron así como nosotros, con ese espíritu e interés por la naturaleza y querían también observar muchas y muchas rocas de laja sin sentido, aunque…quién sabe si iban para allá con otro sentido, o sea movidos por otra naturaleza, If you know what I mean 😀
Se terminó el día de pesca improvizada en Amador y la experiencia nos dejó con una reflexión y es que hay muchos parajes naturales que tenemos cerca y que podemos aprovechar sin molestar a nadie. Sin gastar más que tiempo disfrutando de la naturaleza. Por suerte aquí en Isla Flamenco ya dejan pasar a gente como Güiliam, un tipo tranquilo que me recuerda a los lapes de antes, a la gente sin malicia que poco se ve hoy, muy diferente a panameños inconscientes o destructivos que muchas veces causan que donde vayan las personas decentes le prohiban en muchas ocasiones el acceso a lugares naturales dentro de Panamá. Y a la pareja que por favor no dejen imitaciones de pez globo en el agua, Nos fuimos por hoy, chao.