Historia
Para nosotros fué la casa barco, un caserón con una forma poco común para las acostumbradas cuadras del casco viejo. Su madera hacía idea de cuan añeja es su historia, la que les contaremos en este artículo.
Su nombre original era la casa Boyacá, porque recuerda a la proa de una cañonera colombiana de la época de la Guerra de los Mil Días, cuando el istmo de Panamá aún pertenecía a este estado, así le llamaban los panameños de esos años. Su forma se debe a que fue levantada paralelamente al muro de piedras de la llamada muralla de la «Mano del Tigre» por eso el caserón se cortaba de esa manera, para dejar un patio amplio que hiciera ángulo con el muro.
Sus terrenos fueron propiedad de la compañía del Ferrocarril en 1869. Lo usaban como depósito y como cuartos de alquiler. Mucho antes de que existiese la plaza Herrera el terreno aledaño era usado como área para fiestas y corridas de toros. Manuela Feraud de Arias, esposa de Ramón Arias Pérez construyó varias casas de madera, incluyendo la Boyacá en 1890.
Restauración
Así lucía el Boyacá antes de 2005
Tras decenios de años de ser habitada de forma precaria, por su deterioro y el mal funcionamiento de sus servicios comunales la casa Boyacá fue restaurada en 2005 con aportes de la Junta de Andalucía de España (300 mil dólares) y de Panamá (266,896.00), bajo la supervisión de arquitectos españoles y panameños y se preguntarán, ¿Por qué tanto dinero?
La restauración fue elegantemente ingeniosa.
Un choque de conceptos
Los patrimonios históricos por regla deben ser estructuras que se conservan para su posterior proyección humanista, o sea servir como objetos que marcan el pasado histórico de un país. La casa Boyacá se enfrentaba al dilema de estar habitada, aún así para su mayor conservación y mantener su funcionalidad se recreó toda la estructura en madera de alta calidad y materiales de vanguardia. Se mantuvo la idea de su habitabilidad como una forma de continuar con la funcion de vivienda, reestructurándose 26 apartamentos con cocina comedor y baño.
El incendio
foto: Gina Gotti
Cerca de las 11:30 a.m. del 21 de febrero se encendía el caserón de la “ Casa Barco”, tanto que al cuerpo de bomberos al acudir al siniestro tuvo que recibir ayuda del IDAAN, subiendo la presión del agua, ya que no es común por la cantidad de tuberías viejas que la presión esté elevada, lo que al principio les dificultó evitar que las llamas avanzaran y combustionaran la madera de forma voraz, ya que los camisas rojas estaban casi sin agua.
El apoyo ciudadano fue tal que se remolcaron fuera del área de peligro automóviles que estaban estacionados de forma peligrosa obstruyendo las labores de los bomberos. Hay 33 familias damnificadas. No se reportó ninguna víctima.
foto: Gina Gotti
Como se aprecia en la imagen, El Boyacá y dos caserios más se combustionaron entre estas llamas ahogándose hasta la 1 p.m. poco después de que cayera el medio día.
Apoyo
Las 33 familias que vivían en el Boyacá perdieron todo. Para ayudarles existen 3 centros de acopio:
-Super G, en avenida A y calle 6ta
-Oficinas Derkel, en plaza Santa Ana
-Hotel La Concordia, en el semáforo de la Avenida Central.
Se puede apoyar con ropa (especialmente para adultos y adultos mayores), comida (en cartón y lata), Pampers (para adultos Mayores), Ropa de cama, toallas, almohadas, y donaciones en efectivo ( para comprar medicinas)
Las donaciones en efectivo son a la cuenta del Banco General:
ASOCIACION DE VECINOS DEL CASCO ANTIGUO
Cuenta Corriente #: 03-89-01-116621-9
Borrado de la historia el caseron Boyacá, surge un terreno con un futuro inconcreto. Lo que sí es cierto es que no volverá a existir otra casa barco que como en sus días llamaba la atención de todos los turistas que caminaban por la calle 11 y Pedro Díaz en la avenida A en su recorrido hasta el casco antiguo.
Mientras tanto sobrevive el largo baluarte (porque tiene escalinatas) restante de lo que se llamó «La mano de Tigre» que formaba parte de la defensa amurallada en los días de la colonia. Chao Gente!